Las hojas son muy grandes, de nervación palmeada y hendidas de 5 a 9
lóbulos, de bordes irregularmente dentados; las hojas son
alternas, con peciolo muy largo, unido por su parte inferior.
Las flores están dispuestas en grandes inflorescencias, erguidas,
que, cuando jóvenes, emergen de una espata en los
nudos entre el tallo y los pedúnculos de las hojas; en la parte inferior de
dichas inflorescencias están las flores masculinas, con un cáliz, con cinco
piezas lanceoladas/triangulares y múltiples estambres soldados, con forma de
columna, ramificada en forma de coliflor. Las flores femeninas se encuentran en
la parte superior de la panícula, con
ovario, formado por tres hojas carpelares
y rematado por un pistilo trifurcado, con papilas destinadas a captar el polen. Florece
casi todo el año.
El fruto es globuloso, trilobulado, siempre cubierto por abundantes
púas, que le dan un aspecto erizado; tiene tres cavidades, cada una con
una semilla, grande y
jaspeada, de superficie lisa y brillante, rematada por una excrecencia y que
contiene una toxina llamada ricina.1 Al secarse
los frutos, la cubierta espinosa se tensa progresivamente produciendo
finalmente un efecto de resorte que lanza la semilla a distancias superiores a
los diez metros, siendo ésta la forma de esta planta para extenderse.
Requiere un clima cálido sin heladas, está disperso por casi todas
las regiones cálidas del globo, habiéndose naturalizado por ser una planta
cultivada desde la antigüedad. Parece ser originaria del cuerno de África (Abisinia), Vietnam.
Las semillas son muy tóxicas, por la presencia de una albúmina llamada ricina, ya que
basta la ingestión de unas pocas, masticadas o tragadas, para que se produzca
un cuadro de intensa gastroenteritis con deshidratación; puede dañar gravemente
el hígado y el riñón e incluso producir la muerte. Es una de las toxinas
biológicas más potentes que se conocen.
El aceite de
ricino, obtenido por prensado de las semillas y calentado para destruir la
ricina, es uno de los purgantes más reputados, debiéndose su acción al ácido ricinoleico; tiene el inconveniente de su
desagradable sabor. En la actualidad encuentra aplicaciones en la industria de
pinturas y barnices, así como para la fabricación de lubricantes y líquidos para
frenos.
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