E589
Es lamado
comúnmente náhuatl [1] es un árbol de la
familia de las moráceas, nativo del sur de México y Centroamérica. Se encuentra en
las selvas y prolifera del nivel del mar hasta los 600 o 780 msnm a temperatura media 25 °C, máxima de 33 °C y
mínima de 19 °C, con precipitaciones menores de 1.500 mm anuales.Alcanza
de 20 a 25 m de alto de tronco del recto, de 60 cm de diámetro, con
ramas separadas entre sí, horizontales y con ligeran forma de S; copa abierta y
piramidal. Tiene hojas alternas,
simples, de 20 por 10 a 45 por 20 cm, oblongas, con pecíolos de 4 a
25 mm de largo. Pierden sus hojas entre enero y mayo, excepto en zonas muy
húmedas. Flores masculinas en
receptáculos cóncavos en las axilas de las hojas caídas, de 1,5 cm de
diámetro, sobre pedicelos bracteolados de 1 cm de largo, pubescentes; cada
receptáculo rodeado por numerosas bractéolas ovadas, verde amarillentas y
densamente pubescentes, con numerosos estambres de 4 a 5 mm de largo, de
color crema. Flores femeninas en un receptáculo semicóncavo de 15 mm de ancho,
sésiles, rodeadas por numerosas bractéolas ovadas, verde amarillentas,
pubescentes. Drupas agregadas, de
4 a 5 cm de diámetro, cada fruto cónico, con 4 ángulos, cartilaginoso,
contiene una o dos semillas de 8 a 10 mm de largo. Maduran de julio a
octubre.Su principal producto es el látex que se sangra
del tronco y sirve para fabricar pelotas, guantes, impermeables, adhesivos,
pinturas e impermeabilizantes. Constituyó la fuente principal de hule natural tanto en México como en América Central. La madera se
podría utilizar en la fabricación de pulpa para papel.La medicina tradicional
le atribuye propiedades para tratar dislocaciones y fracturas, contra la
ronquera, para mejorar la vista, combatir los abscesos y la supuración.Indicaciones:
es afrodisiaco, diurético. Abscesos, cólicos, constipados, fracturas, ronquera. En el siglo XVI, Martín de la Cruz la señala como antidisentérico. Bernardino de Sahagún, la consigna como antiséptico, eupéptico y contra
enfermedades de los ojos.
La Sociedad Mexicana de Historia
Natural, en el siglo XIX, relata los usos siguientes: antidiarréico,
antidisentérico, contra cefalalgias, emenagogo, esterilidad, migraña; disuelve las
nubes de los ojos y limpia el útero. En el mismo siglo, Francisco Flores refiere: cuando una cicatriz en los
labios quedaba defectuosa la sanaban cauterizando y suturaban la nueva herida
con ulli derretido, para la laringitis frotaban la
garganta con ulli, en las hemoptisis utilizaban el ulli mezclado con otras
plantas. Para combatir la disentería y diarreas se hacían supositorios con el
jugo del ulquahuitl y con piciétl que se
introducían en el ano del paciente. En las retenciones de orina, para provocar
su expulsión, le aplicaban sobre el ano, o la vulva -si se trataba de una
mujer- fomentos de cocimiento de corteza de ulquahuitl. Lo mismo hacían con la
amenorrea y para controlar que regrese el flujo menstrual. Para controlar las
hemorragias preparaban un aceite con el ulli. La corteza tiene un efecto astringente.
En el
siglo XX, Alfonso Herrera Fernández menciona: se
fabrican objetos de farmacia con esta sustancia. Maximino Martínez, la prescribe para abscesos, como
antidisentérico, contra enfermedades de los ojos, quemaduras, ronquera y
supuración. Finalmente, la Sociedad Farmacéutica de México, la reseña como
útil contra abscesos, llanto de los niños y supuraciónes