E89 ACEITE O COPAIBA (Copaifera
officinalis)
E89
ACEITE O COPAIBA (Copaifera officinalis)
El
#ACEITE O #COPAIBA(Copaifera officinalis)es llamado el #Palodeaceite, #Cabimo, #Tacamaca , de la familia de las fabáceas, produce un hidrocarburo llamado
biodiesel, de gran interés para la industria de pinturas, con propiedades
medicinales como diurético y laxante #parquedeleste
#Cabimo del Zulia (Copaifera
Officianilis)
Si algo identifica a la Costa
Oriental del Lago de Maracaibo, en el Estado Zulia, son sus recursos naturales.
No debemos olvidar que esta es la subregión más rica en petróleo de toda la
América. Pero también se debe recordar la resaltante naturaleza que la rodea:
Selvas, Manglares, Ciénagas y más. Para muestra un botón, la ciudad más
importante de la zona, Cabimas, le debe su nombre a una maravillosa planta
llamada Cabimo, que dicen que lo cura todo; hasta la rabia.
En el siglo XVII, en época de
la conquista española, los religiosos misioneros se maravillaban ante el
imponente árbol de Cabimo. Tanto así que comenzaron a llamar a la zona “Las
Cabimas”, y además fueron descubriendo lo curativo que era el aceite que
sacaban del Copaifera Officianilis, como es conocido científicamente.
Se sabe que el Aceite de Cabima
se emplea para un sin fin de usos: Laxante, desinfectante, cicatrizante,
diurético, tratamiento de amigdalitis, asma, bronquitis crónica, cáncer, dolor
de oído, hemorroides, herpes, leucorrea, micosis dérmica, reumatismo, tétano y
más.
Aunque se sabía que había más
Cabimos que habitantes, con el paso del tiempo fue revirtiendo esa relación. Un
poco más de dos siglos y medios después, en Cabimas se encontraban apenas 14
árboles, esto según la Fundación Agua y Vida.
Preocupados por la situación,
los miembros de esta organización comenzaron a repoblar las plazas y parques de
Cabimas con el árbol que los identifica. Ya han llegado a contabilizar 74
árboles en la actualidad y piensan lograr mucho más.
Pero todo había cambiado, la
deforestación y el aumento de la urbanización de la zona, aunado con la
constante extracción de petróleo, fue mermando la fertilidad del suelo. Si
antes podías encontrar un Cabimo de treinta metros de alto, hoy tienes suerte
de encontrarte con uno de estos árboles de diez años de edad, no superar el
metro y medio de altura.
Un árbol que le dio nombre a
una pujante ciudad, una planta medicinal que cura de todo, hasta el odio, parte
de del legado natural en una zona arrasada por la vorágine petrolera. En
definitiva un símbolo más del Zulia, que irónicamente gran parte de los más de
250.000 cabimenses, no lo conocen, ni le dan importancia al mismo.
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